El que una pareja no tenga relaciones sexuales no tiene nada de malo o de bueno por sí mismo, pero es un reflejo de lo que está sucediendo emocional, mental (creencias) o físicamente entre los integrantes de la pareja. Es común sentirse inquieto e incluso preocupado cuando notas que en tu relación se han reducido los encuentros sexuales. Es posible que estés responsabilizándote de alguna manera por la disminución en el impulso sexual o líbido (o por el de tu pareja), es común que esta situación te cause inseguridad y miedo de que ya no le gustes a ella o a él y que busque afuera lo que no vive en la relación. En ocasiones, estos miedos pueden llegar a crear problemas paralelos como los celos, la insatisfacción y el vacío que se crea como consecuencia. Pero retrocedamos unos pasos y preguntémonos:
¿Por qué una pareja deja de tener relaciones?
Una pareja deja de tener relaciones sexuales por distintas causas. Existen las “causas físicas” que tienen que ver con algún tipo de impedimento fisiológico, mutilación o cambios hormonales. También existen las “causas psicológicas” que son más frecuentes y en las que nos centraremos en este artículo, dentro de dichas causas podemos señalar dos tipos:
1. Las creencias limitantes:
Que son, por decirlo de alguna manera, los “parámetros mentales” dentro de los que una persona actúa y se siente cómoda. Una creencia limitante puede entorpecer el normal desempeño durante las relaciones sexuales y en muchas ocasiones limitan una sana actitud frente a ellas. Ejemplos claros de esto se pueden encontrar en:
- Las creencias de tipo religioso, que pueden producir inconscientemente cierta culpa, pena, negación o rigidez durante los encuentros sexuales.
- Los modelos de belleza culturalmente propuestos y aceptados que pueden impedir que una persona sienta deseo sexual hacia a la pareja cuando esta ya no cumple con dichos modelos considerados como “atractivos”.
2. El estrés:
Esta causa psicológica, de naturaleza emocional, es uno de los fenómenos más comunes que puede aparecer en cualquier momento de la relación y ser el causante de una reducción considerable en los encuentros sexuales. El estrés como “experiencia psicológica” se puede detonar (activar) ante infinidad de diferentes circunstancias, y su “activación” está estrechamente ligada al sistema de creencias de la persona. Pero en términos generales, es muy común que este se active y altere el deseo sexual de una persona como consecuencia de vivir un embarazo, una crisis económica, una situación emocional, un evento de salud o quizás también luego de un parto. En el contexto de las relaciones de pareja, el conflicto constante resulta ser un elemento que sin duda altera el deseo sexual de uno o ambos miembros.
¿Y es realmente importante tener relaciones sexuales en una relación?
Las relaciones sexuales son importantes porque son una forma íntima, natural y espontánea de expresión entre los miembros de la pareja. Una sexualidad sana es un reflejo de compenetración, cobijo y deseo entre dos personas. Además, los encuentros sexuales son una excelente fuente de serotonina, oxitocina y prolactina que constituyen un perfecto cóctel bioquímico que produce un efecto relajante, energizante y antidepresivo.
¿Cómo logro una vida sexual sana con mi pareja?
En términos generales, para lograr una vida sexual sana es importante ser consciente de no caer en la monotonía, es decir, mantener una mente abierta y una comunicación efectiva en torno a los deseos, gustos y límites sexuales.
Pero además de una actitud propicia, es vital que la sexualidad de una pareja no sea influenciada por la manipulación. Manipulación, en este contexto, entendida cuando la sexualidad es utilizada como premio, o restringida como castigo, ante cualquier comportamiento de un miembro de la pareja. Es frecuente que la sexualidad se dé para “contentarse” luego de una pelea o sea restringida ante un comportamiento no deseado. Este uso de la sexualidad que intenta “transaccionar” beneficios dentro de la relación, no solo desvirtúa su propósito principal, sino que además previene a la pareja de solucionar de raíz los problemas emocionales que están intentando “tapar” mediante la experiencia íntima.
¿Qué hago para recuperar el deseo sexual en mi relación si se ha reducido por causas psicológicas?
Para recuperar el deseo y los encuentros sexuales con tu pareja, es importante primero identificar la causa que lo está provocando. Una vez tengas claro que lo que están viviendo es por consecuencia del estrés o de creencias limitantes, entonces es vital que encuentres el acompañamiento de un especialista en relaciones de pareja, que te acompañe a sanar de raíz la causa del estrés.
La mayoría de las personas cometen un error fatal en este punto, pues no buscan el apoyo de un profesional, sino que intentan remediar el estrés tratando de solucionar el problema funcional que lo ocasiona, es decir el problema externo.
Supongamos por un momento que estás atravesando por una crisis económica debido a problemas en el trabajo, esto ha activado mucho estrés en ti, y naturalmente has perdido el interés por los encuentros sexuales con tu pareja. La forma común de abordar este problema es intentando superar la crisis económica. Pero es precisamente este modo lo que hace que el problema se prolongue y que (así se supere la crisis económica) no haya una mejoría realmente importante en torno al estrés y al impulso sexual. La razón por la cual sucede esto, es porque en realidad la “crisis económica” no es la raíz del problema, sino simplemente el detonante. Esto quiere decir que, si eliminas el detonante de la ecuación, la raíz estará intacta y se activará con cualquier otra “crisis”, evento o situación; en definitiva, el estrés se activará con cualquier otro detonante. Tratar de sanar el estrés (y sus consecuencias a nivel sexual) combatiendo la crisis económica, es el equivalente emocional a tratar de sanar una apendicitis con pastas para el dolor abdominal. El dolor (es decir el estrés) es un síntoma de algo que existe a un nivel más profundo, y es necesario tratarlo para lograr resultados efectivos y duraderos.
La verdadera raíz del problema, es decir, el origen del estrés y el bajo líbido, es lo que en la University of Consciousness llamamos una “carga emocional”. Esta carga emocional, que existe profundamente a nivel mental, es la verdadera “enfermedad” a sanar, pues de no hacerlo, sus síntomas se presentarán de cualquier modo a nivel de la relación; en forma de conflicto constante, bajo líbido, mala comunicación, etc. Esto hará que tengan una sexualidad sana y una relación sólida.
Si realmente se busca solucionar de raíz, es necesario encontrar un especialista capacitado para acompañarte a sanar las cargas emocionales que lo causan. Y tú, ¿qué estás esperando para buscar apoyo profesional?