TERAPIA PARA PAREJAS QUE ATRAVIESAN LA MENOPAUSIA: CÓMO MANTENER LA CONEXIÓN

Introducción

La menopausia no solo marca un cambio biológico en la vida de muchas mujeres; también puede ser el detonante de profundas transformaciones emocionales, sexuales y relacionales en una relación de pareja. En esta etapa, muchos vínculos tambalean, no por falta de amor, sino por la aparición de emociones que nadie esperaba, reacciones difíciles de comprender, y cambios internos que no se saben nombrar ni gestionar. Para entender cómo esta transición puede vivirse de forma más consciente y conectada, entrevistamos a uno de los terapeutas de la University of Consciousness, especializado en procesos de reprogramación subconsciente en relaciones de pareja.

Entrevistador: ¿Cómo afecta la menopausia a la dinámica de pareja?

Terapeuta UOC: La menopausia entendida como un proceso biológico, puede traer consigo una cascada de cambios que impactan directamente la relación, aunque muchas veces se silencian o se minimizan. Desde lo fisiológico, puede aparecer manifestándose en sequedad vaginal, disminución del deseo sexual, bochornos, insomnio, entre otros síntomas. Pero lo más desafiante suele ser lo emocional: irritabilidad, sensibilidad extrema, una sensación de pérdida de identidad o atractivo, tristeza sin causa aparente.

Todo esto puede generar distancia entre los miembros de la pareja. La mujer puede sentirse incomprendida, sola o incluso culpable de no “responder como antes”. El otro miembro de la pareja, por su parte, muchas veces se siente rechazado, confundido o desplazado, sin saber cómo acercarse. En la intimidad sexual, por ejemplo, lo que antes fluía con naturalidad ahora puede sentirse forzado o incluso doloroso, lo cual genera frustración en ambos.

Es un momento profundamente vulnerable para la mujer, pero también para él. Que, si no se acompaña con consciencia, puede derivar en crisis. Lo que lo vuelve aún más delicado es que, mientras ella atraviesa un cambio biológico y emocional que transforma su manera de vivir el vínculo, él también puede estar experimentando sus propios cambios hormonales y vitales —aunque muchas veces no los nombre (la andropausia)—. Así, dos procesos internos se cruzan, generando una situación particularmente frágil que, si no se aborda sanamente desde la raíz, puede desencadenar en la desconexión.

Entrevistador: ¿Qué suele ocultarse detrás de esas reacciones emocionales tan intensas?

Terapeuta UOC: Aquí es donde entra en juego algo fundamental: la programación mental subconsciente. Esta nueva experiencia biológica, toca fibras muy profundas que estaban latentes desde mucho antes en nosotras. Salen a relucir creencias como “ya no soy deseable”, “ya cumplí mi ciclo”, “ya no tengo valor como mujer”, que no son pensamientos racionales, sino guiones internos que se activan automáticamente.

Esas emociones desbordadas no nacen de la menopausia en sí, sino de lo que cada persona tiene programado sobre el valor que cree tener cuando ya no cumple los roles que antes creía que la definían: ser fértil, ser deseada, ser enérgica, estar siempre disponible. Y en el caso de la pareja, también se activan guiones: “ya no me necesita”, “esto ya no es como antes”, “algo hice mal”.

Por eso es tan importante entender que no estamos luchando contra hormonas, sino contra una programación registrada en el  subconsciente que, al no ser abordada sanamente, define la dirección emocional de la relación.

Entrevistador: ¿Cómo debería actuar la pareja que acompaña este proceso?

Terapeuta UOC: Muchas veces escuchamos frases como “hay que tener paciencia” o “es una etapa, ya pasará”, pero eso es quedarse en la superficie. La verdadera forma de acompañar no es aguantar, es transformarse también.

Porque el que acompaña también está viviendo el nuevo escenario desde su propia programación mental subconsciente. Puede que tema hablar porque no quiere herir, que le cueste poner límites, que tenga sus propios temores de envejecer o perder conexión. Y si solo intenta “soportar”, se va desgastando en silencio.

Acompañar desde la consciencia implica reconocer que estamos frente a una etapa -escenario- que nos exige evolucionar como pareja. No basta con entender intelectualmente que el otro está viviendo cambios. Hay que ver qué heridas internas mías se activan cuando mi pareja cambia. ¿Por qué me duele tanto su distancia? ¿Qué significa para mí que ya no desee tanto sexo? ¿Qué parte mía necesita atención y no se la doy?

Y como mencionábamos anteriormente: también el hombre atraviesa cambios. No se habla mucho de eso, pero hay una andropausia emocional, incluso hormonal. No es solo que su pareja cambia; él también está cambiando, y ese cambio puede ser profundamente movilizador si se atraviesa con conciencia.

Entrevistador: ¿Qué se trabaja en terapia cuando una pareja llega con conflictos en esta etapa?

Terapeuta UOC: En la University of Consciousness no nos centramos en el síntoma, sino en el origen. Si una pareja llega diciendo “no tenemos intimidad”, “peleamos por todo”, o “ya no nos entendemos”, no nos detenemos solo en eso. Vamos más allá: ¿Qué historia hay detrás de ese síntoma? ¿Qué parte de la programación subconsciente está operando?

Trabajamos individualmente con cada persona, porque la raíz del conflicto no está en el otro, está en mí. Y esa raíz puede ser una memoria de desvalorización, un miedo a quedar sola, una sensación de que el cuerpo ya no vale lo mismo, o un enojo profundo por sentir que no se tiene permiso para envejecer con dignidad.

Reprogramar esas creencias cambia todo. Cuando una persona se siente valiosa, aunque su cuerpo esté cambiando, ya no exige que el otro la valide. Cuando alguien entiende que puede seguir siendo deseable desde otro lugar, recupera su energía sexual y emocional. Y desde ahí, la relación se transforma.

Entrevistador: ¿Qué ocurre cuando uno de los dos no quiere hablar del tema o lo niega?

Terapeuta UOC: Es más común de lo que se cree. A veces, uno de los dos cree que “no hay nada que hablar”, que esto es “lo normal”, o que “el tiempo lo resolverá”. Pero detrás de esa negación hay miedo. Miedo a mirar lo que duele. Miedo a asumir que algo cambió.

Y la buena noticia es que no necesitan venir los dos. Cuando una persona comienza a trabajar en su programación, en su historia, en sus heridas, la dinámica relacional cambia inevitablemente. Lo que uno transforma dentro de sí, modifica cómo se comunica, cómo responde, qué transmite. Y eso tiene un impacto directo en el vínculo.

He acompañado procesos donde una mujer, al recuperar su autoestima y sanar sus miedos subconscientes, comenzó a expresar lo que sentía con claridad y sin reproche. Y su pareja, que al principio se mostraba evasivo, comenzó a abrirse y a cambiar. No porque se lo pidieran, sino porque algo en la energía emocional del vínculo se transformó.

La menopausia no es el fin de nada. Es el umbral hacia una nueva etapa, más auténtica, más libre y, si se trabaja bien, más profundamente conectada. Pero solo puede serlo si dejamos de luchar contra el cambio y comenzamos a entender qué hay debajo de nuestras reacciones. Este no es un tiempo para resignarse, es un tiempo para despertarse. Y si lo hacemos bien, podemos salir de esta etapa con un vínculo real, verdadero, más amoroso y humano.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Cart